lunes, 19 de marzo de 2012

Carta de recomendación.

Carta de recomendación.

Alguna vez dejé mis viejos vicios
de lado en una suma que restaba,
por besos de alquitrán algo dolidos
que daban menos de lo que esperaba.
Entonces di por muertos los susurros
que iban despidiendo los augurios,
de un tiempo que dejamos en espera
buscándolo en la ausencia del futuro.
Merezco ser del bando de los malos,
ni duros ni valientes guerrilleros,
cobardemente suelo dibujar
mi vida al borde de los rascacielos.
Sonrío por constancia de tener
más de lo que otros desearían,
y ni con esas tengo fuerza de beber
el whisky con sabor de la alegría.

Me muerden las raíces de la tierra
el punto donde no debí volver,
disfruto perdonando a los que insulto
y ellos disfrutan absolviéndose.
Ni inútil, ni poeta, vividora,
ni sátira que suele abrir braguetas,
amante de los hombres con chaqueta
que pierden la corbata en las bodas.
La torpe atea constante soñadora
cliente de los bares que no cierran,
fumadora veinticuatro horas y consciente
de que si no mata, entierra.
Declaro mi epitafio en estos versos
que afirmo se quedan sin remitente,
me basta desvestirte sin recelo
o que alguien me desvista con los dientes.

Saqué recientemente
un ticket hacia el cielo del tipo:
'Algunos pecadores
merecemos compasión',
si quieres ser humano,
ten cuidado,
serás la única especie
en peligro de extinción.

lunes, 12 de marzo de 2012

Sometidos a la gravedad.

Sometidos a la gravedad.

Un intento pusilánime
de saltar al vacío
con el pie izquierdo.
Es algo parecido a
las cosas que no tienen nombre
y decidimos darles forma,
la cara oculta de la luna
observándonos mientras dormimos.
Se podría comparar
con los átomos de sol
viajando a la velocidad
de la luz,
o quizás con el rastro
que deja algún cabello
de cien en nuestra cama.
Es lo que queda
cuando el mar
borra las huellas de la arena,
el humo flotando en la habitación
una vez apagado el cigarrillo.

Aún no sé a qué me refiero,
ni tampoco sé explicarlo,
puede que esté hablando de ti,
de la suerte de los desafortunados,
o de cómo el tiempo
pone a cada uno en su lugar
menos a mí.

Menos a mí
que no me dejo.

viernes, 9 de marzo de 2012

Costumbre sempiterna.


Costumbre sempiterna.

No es mi costumbre ser feliz,
mirar alrededor y llen
arlo de magia,
siempre fui de aquellas personas
que se dejaron algo por decir,
y se moría en el labio superior
antes de ser cantado,
pero abro la puerta de la habitación
donde dormitas,
tus maletas entre abiertas pensando
en si sería mejor marcharse
o quedarse a mi lado,
y solo deseo que no lo dudaras,
si alguna vez
al salvarme de la tristeza
te das cuenta
de que no sé ser feliz,
porque nunca fue costumbre,
pero quiero que me enseñes,
es decir,
te miro y sé,
que es tan fácil,
que no podría negarme a intentarlo
de tu mano.

lunes, 5 de marzo de 2012

Crimen pasional.

Crimen pasional.


Has ido dejando
corazones rotos a tu paso
sin hacer mucho ruido,
cerrando las puertas
que otros se olvidaban abiertas.

He ido borrando
con tacto y sin prisa,
las pruebas del crimen
en cada ocasión,
asegurando tu próxima víctima,
agonizando en tu próxima risa.

Me has hecho cómplice
de este atentado
que a la primera que afecta
es a mí,
y yo te he dejado
arruinarme la vida
sin resistencia
ni fusil de asalto.

Colaborando en hacerte feliz,
a la primera de cambio
que apuestas tu suerte
a una moneda
de más de dos cruces
y un nulo equilibrio.

En este pecado perdí la inocencia,
sobrevolando los bajos instintos,
que colman de rabia la poca paciencia.

Ahora, si miro al espejo
veo trozos de vida partida,
memorias ajenas que sufren mi ausencia,
y a ti saltando al vacío.